martes, 26 de enero de 2010

11.09.2009 16.25hs RADIO EL ESPECTADOR

Demoras en test de resistencia

La instrumentación de los test de resistencia para pacientes con HIV del mutualismo privado está retrasada y aún no se aplica en el país, a un mes y medio del anuncio oficial. Hay malestar en los pacientes afectados.

El 29 de julio pasado, cuando se conmemoraba el Día Nacional de Lucha contra el Sida, el Ministerio de Salud Pública (MSP) anunció, luego de varias denuncias de pacientes y gestiones de Asepo, (Asociación de Ayuda al Sero Positivo) que se comenzaría a instrumentar la realización de los test de resistencia en Uruguay.

Cabe recordar que el test de resistencia es lo que necesita un paciente de HIV para saber si la medicación que le está siendo suministrada es efectiva o no.

Desde el año 2006 el MSP comenzó a realizarlos en Uruguay, pero solo podían realizárselos los pacientes de Salud Pública y quedaban excluidos los del sistema privado.

El hecho generó varias denuncias, gestiones y quejas. Incluso, semanas antes del anuncio oficial el tema había tomado estado parlamentario, desde donde se anunció la convocatoria de la ministra de Salud Pública, María Julia Muñoz, para explicar lo que los pacientes del mutualismo calificaban como “discriminación”.

Cuando el MSP hizo el anuncio reveló que desde el 1º de agosto los pacientes del mutualismo podrían comenzar a realizarse dichos test en el país y dejar de viajar a Buenos Aires a un alto costo.

Sin embargo, a un mes y medio del anuncio, la instrumentación quedó más en el papel que en la realidad.

Varios pacientes y familiares se comunicaron con El Espectador para denunciar que todavía no se había comenzado con la instrumentación necesaria y, por este motivo, debían viajar a la capital argentina nuevamente.

Desde Asepo se informó que si bien dejaron pasar algunas semanas para esperar una verdadera puesta en marcha de lo anunciado, el lunes comenzará con un relevamiento para saber si efectivamente hay o no dificultades, según comentó su Directora Lizzett Collazo.

“Ahora creemos que es el momento de hacer un monitoreo, en el cual queremos saber si los médicos están ofreciendo el test, si se los realizan y en qué condiciones, si tiene costo o no, y a su vez en qué período le dan el resultado. Eso es una cosa que nos va a llevar unos días poderlo tener, porque tenemos que llegar a todas las mutualistas privadas, porque esto tiene que ofrecerlo todo el mutualismo privado”, explicó.

Collazo agregó que es fundamental que el paciente y su entorno comprendan por cuenta de quién corren los costos de este examen: “Es a cargo del ministerio, por lo que las mutualistas no lo tienen que pagar, por la parte de la asistencia integral de Salud. O sea que no tendría costos”.

En tanto, el director nacional de Salud, Jorge Basso, admitió la demora en algunas mutualistas, pero añadió que la misma se deben a temas operativos.

Dijo que firmó una resolución esta semana, explicando a las mutualistas como es el procedimiento para que se puedan realizar estos test.

“La institución tiene que enviar los datos al programa nacional de Sida del paciente, ahí lo estudian en la Comisión, que es la misma Comisión que está haciendo los estudios para el sector público, y de alguna forma ve si la indicación está de acuerdo al protocolo que se utiliza en estos casos”, explicó el jerarca.

Sobre los tiempos que le pueda llevar a la Comisión analizar el caso, Basso indicó que son entre siete y 10 días, lo que consideró normal. No obstante, aclaró que no es para todos los pacientes, sino que se estudia que no haya existido abandono de la medicación.

“Dos tiempos: uno es verificar que el paciente esté comprendido dentro de las indicaciones del test de resistencia, que son muy estrictas, porque tiene que ver lo que técnicamente se denomina adherencia del paciente al tratamiento. Es decir que el principal problema o defecto que tiene que ver con la resistencia a los antiretrovirales es el abandono del tratamiento. Por lo tanto, una de las implicaciones que tiene el test de resistencia es que no haya mediado ningún abandono de la medicación. Segundo, que de alguna forma el paciente esté controlado y sea un paciente con una historia de correcta medicación”, señaló Basso.

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